El gasto total italiano para la digitalización de la asistencia sanitaria se ha establecido en 1.230 millones de euros al año: un 5% menos que el año anterior, pero, sobre todo, más de la mitad de la inversión en Francia o Gran Bretaña.
Telemedicina, cirugía robótica, exoesqueleto, eSalud, start-ups, prótesis: el futuro de la asistencia sanitaria y la protección de la salud ya está aquí. Existen innumerables proyectos de vanguardia en el sector socio-sanitario que prefiguran un futuro mejor en el que el tratamiento de enfermedades y accidentes será cada vez más simple y efectivo. Pero si existen muchos ejemplos positivos, ¿por qué no los vemos? ¿Por qué, ante tantas oportunidades, siguen siendo la excepción en nuestros hospitales?
Las pautas nacionales de 2014 y el Pacto de Salud Digital 2016 trazan el camino muy claramente. La innovación tecnológica puede contribuir a una reorganización de la atención de la salud, en particular al apoyar el cambio del enfoque de la atención del hospital al territorio, a través de modelos innovadores de atención centrada en los ciudadanos y facilitar el acceso a los servicios en el territorio nacional. Pero para ser concretamente operacional, aún queda mucho por cambiar, tanto como un enfoque mental para los trabajadores de la salud y los gerentes administrativos, como en las nuevas herramientas en las que se basa el futuro de la medicina.
Según los datos más recientes agregados por el Observatorio de TIC (Tecnología de la Información y las Comunicaciones) del Politecnico di Milano para 2012, el gasto total italiano para la digitalización de la asistencia sanitaria se ha establecido en 1.230 millones de euros por año: 5% en menos que el año anterior, pero sobre todo más de la mitad de la inversión de Francia o Gran Bretaña. Este es uno de los datos que confirma la caída del lugar 15 al 21 del sistema de salud italiano en el ranking por calidad según el Euro Health Consumer Index 2012. Aún más preocupantes son los datos relacionados con la tecnología de las TIC: gasto público destinado a El desarrollo en este sector es del 1,1% del gasto público en salud. Lástima que muchos estudios muestren que las tecnologías TIC ahorrarían unos 6.800 millones de euros al año. Una cifra considerable, que se vuelve aún más relevante si tenemos en cuenta el envejecimiento progresivo de la población. No hay buenas noticias incluso observando los resultados del DESI (Digital Economy and Society Index 2016), el índice desarrollado por la Comisión Europea que mide el grado de difusión de lo digital en los países de la UE, basado en cinco indicadores (Conectividad, capital humano, uso de Internet, integración de tecnologías digitales y servicios públicos digitales): en junio de 2015, Italia ocupó el puesto 25 a escala europea.
Una aplicación sistemática y cuidadosa de las tecnologías en el sector social y de la salud contribuiría a una mejora en la vida de las personas y a la reducción en los costos de la atención. Se estima que, para 2060, el 14,9% de la población italiana tendrá más de 80 años. Los estudios han demostrado que una persona de 85 años gasta un promedio de 5.000 euros al año en costos de atención médica en la actualidad. Sin embargo, no debemos caer en la trampa de imaginar a la persona mayor del mañana como la de ayer, no familiarizada con la tecnología y sin afición a las computadoras, teléfonos inteligentes y otros dispositivos. Por el contrario, los expertos señalan que la brecha digital está en recesión: más y más de 65 personas usan habitualmente la computadora para realizar investigaciones, el teléfono inteligente para orientarse y las redes sociales para mantenerse en contacto con sus seres queridos. Sin embargo, los expertos señalan que con una inversión de 1,23 billones de euros, se podrían ahorrar 6,8 billones de euros y se podría proporcionar un servicio especializado integrado a 7,5 millones de pacientes crónicos. Si el nuevo plan de salud se implementara en el área de diálisis, por ejemplo, la vida de 50,000 personas en diálisis mejoraría significativamente y los costos actuales de diálisis se reducirían en un 40% en cinco años, para un ahorro total de 2 mil millones y 350 millones de euros.
El bienestar y el progreso social están estrechamente vinculados a la racionalización e implementación de un sistema de inversión pública en el sector de la salud consistente con las necesidades reales del ciudadano / paciente y en una perspectiva de ahorro gracias a la tecnología, no evitándola. La reorganización de la atención médica con la ayuda de las TIC representa un elemento esencial para garantizar un futuro digno y seguro.