Hikikomori, la prisión en casa.

En América Latina, este es un fenómeno nuevo, con más de 50 casos comprobados en Argentina, donde se identificó el caso de un hombre que durante 20 años se había negado a abandonar su hogar en la ciudad de Viedma.

Hikikomori no es un fenómeno exclusivamente japonés que se generalice, en un porcentaje inferior al de Japón, incluso en el mundo occidental y en el resto de Asia.

El término proviene de Japón: “Hikikomori”, es decir, “a un lado”. Los hikikomori son aquellos tipos que pasan prácticamente todo el tiempo recluidos solos en una habitación (casi siempre la habitación); Viven de noche, si se puede decir. Conéctese a tiempo completo a juegos sociales y de video. Alguien ha calculado que solo en Italia hay más de 120 mil jóvenes de entre 15 y 25 años que viven de esta manera. No hay escuela, no hay amigos; Pocos o ningún contacto con el mundo exterior. Siempre imposible, pero los que estudian el fenómeno aseguran que los “Hikikori” en Japón hayan proliferado desde los años ochenta. Fenómeno perturbador que afecta especialmente a los varones: parece ser el 90 por ciento del total de estos “enfermos”. Las personas frágiles, que en lugar de resolver su problema, lo acentúan, se cierran cada vez más en sí mismas y cortan las relaciones con el resto del mundo.

Quienes estudian el fenómeno, informan tres “pasos” que señalan el progreso de la “enfermedad”: la primera etapa es el rechazo de la escuela. No porque haya un problema de rendimiento o aprendizaje. Es que no puedes apoyar y controlar la relación con los maestros y compañeros de clase. De este modo, pasamos a actividades solidarias: videojuegos y chat en las redes sociales. Finalmente, la relación “sueño-vigilia” se invierte. Los “Hikikori” prefieren la noche; en cuanto oscurece, se conectan a la computadora y “navegan”: “Aman la noche porque el mundo, en esas horas, duerme, está inactivo. Y les tienen un poco menos miedo “.


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