El riscaldamento del Ártico está provocando el derretimiento del hielo y dando vida a un nuevo mar, nuevas rutas e inéditos escenarios.
Ha desentrañar los equilibrios del panorama geopolítico son la China de Xi Jinping y la Rusia de Vladimir Putin, los cuales están lanzando su conquista del Ártico.
El presidente Chino el pasado 5 de junio ha visitado por octava vez, desde el 2013 la ciudad de Mosca, en ocasión del 70 aniversario de las relaciones económicas entre China y Rusia. Durante la visita los dos países han firmado acuerdos energéticos, comerciales y dos declaraciones conjuntas: una para el logros en común y la consolidación de la estabilidad estratégica internacional.
Por una parte la China es la más grande consumidora de energía en el mundo, por otra parte la Rusia de las principales productoras de gas y de petróleo; en general el comercio entre los dos países ha alcanzado 108 mil millones de dólares, sobretodo gracias a la exportación de petróleo crudo por parte de la Rusia a la China.
El South China Morning Post ha escrito que “La cooperación entre la China y Rusia está ampliando en una amplia gama que comprende los sectores: aeroespacial, energía, exploración ártica, entre otras. Sin embargo la alianza entre las dos potencias pareciera ser obligada para hacer frente a las dañosas políticas estadunidenses. En sustancia hemos sido nosotros los occidentales que han empujado a la Rusia y China hacia una alianza.
La Rusia siempre ha buscado una asociación sólida y fiable para fabricar productos por su cuenta y la China está disponible a ofrecer todo el sector manufacturero en cambio de la exclusiva de las nuevas vías comerciales y sus nuevos depósitos energéticos que en los próximos años cambiará el escenario político internacional a causa del cambio climático.
La competición entre la potencia asiática con las occidentales, sobre todo con USA, no es un misterio. Sea Pekín que Mosca han tenido desacuerdos con Washington. El Cremlino está acusado de haberse intromeso en las elecciones del 2016, mientras la China está en una guerra comercial desde hace tiempo con USA.
Para la China la partnership podría ser estratégica en caso de conflicto militar, evento poco remoto sobretodo en el ámbito del control del océano pacífico e indiano; por las rutas comerciales en este sentido, es importante el adquirir misiles de tierra – aire y jet de combatimiento ruso. En estos días, la noticia del retiro por parte de USA del acuerdo de sobre la eliminación de misiles nucleares a radio corto e intermedio que da final a la guerra fría, una de las mayores garantías para la seguridad global: Intermediate-Range nuclear force treaty (inf).
Pekín es consciente que la Rusia es un Partner que resulta fundamental para la nueva Vía de la Seda, un ambicioso proyecto en grado de conectar gracias a las infraestructuras marítimas y terrestres: Europa, Asia y África; poniendo la China como eje principal del tráfico comercial, rediseñando los equilibrios económicos y geopolíticos a nivel mundial. Este proyecto pasa por territorio ruso y de sus estados satelitales, por este hecho Pekín está invirtiendo millones de dólares en la ex-república soviética, dando particular atención a la Siberia y el Ártico.
La Siberia, con su patrimonio Boschivo, puede satisfacer la demanda de madera para la China. Todas las zonas árticas de la Rusia, con las reservas naturales de petróleo y de gas son de interés de predominante para la China. Más allá de las reservas naturales en esta área se encuentra el Estrecho de Bering, un pasaje fundamental que gracias a su posición estratégica y al cambiamento climatico; cuando será totalmente navegable podría sustituir el canal del Suez para el pasaje de la mercancía.
La Antártica se está literalmente derritiendo y dando vía a nuevos mares, nuevas rutas e inéditos escenarios, estamos asistiendo a una nueva forma de colonización gracias a la oportunidad de nuevas reservas energéticas, a la apertura de nuevas vías comerciales, industria del pescado; nuevos espacios vivibles para ocupar.
La Siberia últimamente ha estado asediada por duros incendios que han ocupado tres millones de hectáreas, con un emisión atmosférica con una gran cantidad de dióxido de carbono. Inquieta también el permafrost ( el terreno permanente congelado) la cual la región Ártica está compuesta. Con el aumento de la temperatura quedarán 1600 mil millones toneladas de carbón, el doble de lo que contiene la atmósfera; esto provocará el desertificación de gran parte del planeta. Aparte de estos riesgos ambientales y sus trasformaciones, que meterá de rodillas a los países que actualmente tienen las mejores condiciones de vida; las ventajas para la Rusia son grandes: superficie para trasladar la población, industria y ciudad. Donde poder buscar depósitos minerales y energéticos; control de nuevas vías estratégicas de comunicación, de todo esto el mundo parece no parece estar al corriente.
Por estos motivos la mira expansionista de la China sobre el Ártico son prioridades con la alianza con Rusia, a tal punto que Pekín está invirtiendo millones en el desarrollo de la tecnología necesaria para explotar el Ártico con Rusia y así tener el control de este nuevo territorio.
La Rusia por su parte, necesita estas inversiones para enfrentar la su economia y desarrollar nuevas tecnologías, No es una casualidad que la compañía de la China National Petroleum Corporation (CNPC) China National Offshore Oil Corporation (CNOOC) han adquirido el 10% de uno de los depósitos más importantes de gas natural, el de Ultrenny.
La cooperación de la China – Rusia es de naturaleza táctica. Los dos países han entendido que la única forma de aprovechar los nuevos recursos árticos, y vencer el occidente es de colaborar. Actualmente no sabemos qué consecuencias a breve y a futuro puedan generar estas colaboraciones entre la China y Rusia, pero se puede afirmar que esta alianza podría cambiar radicalmente la historia de este siglo, visto el preaviso de sus partes de querer sacar del juego al Occidente, USA y la Europa en primis. Esto podría suceder bajo la constitución de un bloque euroasiático, pero sobretodo a la complacencia del cambiamento climatico que hoy en dia le es muy cómodo a la Rusia y la China.