NECESITAMOS UNA GRAN “RED DE REDES” QUE PERMITA LA EXPLOTACIÓN ADECUADA DE NUEVOS MEDIOS.
La industria 4.0″ es una fórmula, sintética y fascinante, pero eso, por sí sola, no significa nada. Desgraciadamente, sucede que, en el debate público, se habla de ello no sólo dando por sentado que todo el mundo sabe lo que es, sino sugiriendo que bien quién está escribiendo sobre ello o hablando de ello.
Ambos supuestos tienen amplios márgenes de aproximación. Se trata de un programa de concesiones, consistente en créditos fiscales y una mayor depreciación, destinado a facilitar la difusión en el mundo productivo de las máquinas interconectadas y la explotación de la enorme cantidad de datos (big data) que digital genera todo el tiempo. Para hacerse una idea de ello, como para hacer un juicio, uno debe razonar en dos niveles: los instrumentos elegidos y el objetivo que se pretende alcanzar. Para que las cosas salgan bien y no sea propaganda, deben trabajar al unísono. Las herramientas elegidas son buenas.
Ni el gobierno ni ninguna autoridad publica le dice a la empresa que debe hacer, de acuerdo con un modelo dirigistico que ha acumulado a wide list de expensives quiebras. Si lo limita a la facilitación fiscal. Esto, por supuesto, es una forma de y dirigir el mercado (si comp la compra de coches y no la de los caballos, influenciado en las opciones individuales y en las condiciones colectivas), pero sin opciones publicas que a suscriben a las privadas. Bien.
El hecho es que no es suficiente tener herramientas digitales, y también es necesario operar redes que permitan su uso no primario. Y aquí las cosas están bien. Las redes de telecomunicaciones son mejores que en el pasado, pero en el pasado lejano estaban a la vanguardia de la tecnología y muy por encima de la media europea. Hoy en día, sin embargo, persiguen y luchan, especialmente en las zonas menos desarrolladas, imponiendo así una doble desventaja.
Un tema complejo que sólo he mencionado, pero, sin redes eficientes, es probable que siga siendo sólo el “punto cero”. El objetivo, la digitalización del mundo de la producción, también es correcto. Aquí, sin embargo, la propagación de terminales y software ayuda (y mucho), pero no va muy lejos sin un aumento en las habilidades de las personas que trabajan allí. Botón doloroso. Italia es un país rico y manufacturero, pero si nos fijamos en su lugar en el mapa europeo en la digitalización y difusión de las habilidades digitales de los trabajadores, siempre está en los cuadrantes menos evolucionados. Prácticamente, como si fuéramos un país subdesarrollado, excepto por el ingreso per cápita, que es alto. Por lo tanto, somos ricos subdesarrollados. Lo que no te hace sonreír porque, si no cambiamos la segunda condición, terminará marchitando la primera. No podemos confrontar a Polonia, debemos hacerlo con Alemania. Y lo que ves no es hermoso. Empezando por la preparación de los jóvenes para continuar con la actualización de los que ya trabajan.
Incluso en el uso de información y datos, con el fin de servir mejor al cliente, por lo que cuanto más rápido hacemos crecer el negocio, nos quedado atrás. Y es una actividad en la que la innovación y la imaginación importan mucho, así como la experiencia técnica.
Estar detrás, por Italia, es un crimen contra la propia naturaleza. Somos una potencia manufacturera, pero nuestra historia industrial está salpicada de invenciones e innovaciones. No preocuparnos por este aspecto significa resignarnos a una rebaja progresiva. Lo que significa “Industria 4.0”, entonces, está bien, pero ay de creer que puede resultar en instalaciones y compras de computadoras, porque necesita una participación total en la escuela y también el cambio de muchos entornos de negocios. Apuntar hacia el futuro fingiendo preservar el pasado que vive en el presente no es un simple error. Es una pesadilla inconsistente